Todos los caminos conducen a Roma. O al menos eso creen aquellos que tienen la esperanza de llegar algún día. Sin embargo, los paisajes y lo abrupto o llano del paso son diferentes en unos y otros recorridos. En el mundo del fútbol, como en el acceso a la que fue capital del Imperio Romano y hoy capital de Italia, hay varios caminos también para llegar a lo más alto, aunque son principalmente dos los senderos que te conducen al final del recorrido. Uno liso y de bellos paisajes, con guías en el trayecto que te facilitan la travesía y te orientan en los momentos de dificultad o desorientación y otro algo más escabroso y duradero, con pocos aliados en el camino y de paisajes menos lozanos. A priori, parece descabellado decantarse por la segunda ruta cuando la primera parece ser mucho más accesible, pero algo de razón tendrán los que optan por descartar la primera de las vías y seguir el segundo de los caminos. Probablemente, algunos no estén dispuestos a pagar los peajes del primer itinerario y opten, ya sea por pudor o ya sea por dignidad, por el otro trayecto, aun sabiendo de su mayor dificultad. Pero, ¿y si el segundo viaje no permite llegar a Roma?. Si es así, podríamos optar por la también lujuriosa Grecia y llegar al destino con la dignidad íntegra, cambiando los peajes por prácticas realizadas por puro placer.